domingo, 24 de febrero de 2008

Lourdes Montero, Pablo Rossell: Los múltiples objetivo del ATPDEA

A lo largo de los años de aplicación del ATPDEA (Andean Trade Promotion and Drug Eradication Act), el gobierno estadounidense ha dado muestras de haber situado en un segundo plano la lucha contra las drogas destacando, en su lugar, la importancia de los tratados bilaterales de libre comercio.
Esto se puede ver en las ampliaciones de diciembre de 2006 y de junio de 2007 ya que han respondido exclusivamente a la necesidad del gobierno estadounidense de tender un “puente” hacia Perú y Colombia, países que llegaron a firmar acuerdos de libre comercio con EEUU.
En el caso de Bolivia, es prácticamente imposible buscar un Tratado de Libre Comercio (TLC) puesto que el presidente George W. Bush está en su último año de mandato y enfrenta una férrea oposición demócrata. Por su parte, el Gobierno boliviano ha expresado su tenaz oposición a un TLC.
Paradójicamente, es precisamente el enfriamiento de los ánimos librecambistas en ambos países lo que habría dado paso a esta nueva ampliación del ATPDEA, esta vez con el argumento de la amenaza que representa el protagonismo del presidente Hugo Chávez en el escenario político latinoamericano. Esta nueva ampliación será utilizada por EEUU como una señal para una mejor y más duradera alianza con Bolivia incluyendo una cláusula no escrita: “el antichavismo”.
Por parte del Estado boliviano, no le conviene dejar solos a los productores manufactureros de occidente, pues representan el único contrapeso a los empresarios agroindustriales de oriente y a la opositora Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO).
Pocos productos y pocas empresas
El trasfondo político que porta el ATPDEA lleva a examinar las cifras y los actores que se esconden detrás de esta polémica sigla. En el caso de Bolivia, las importaciones totales reportadas por aduanas de EEUU, el año 2007, ascienden a 375 millones de dólares. De ese universo, el ingreso por ATPDEA asciende a 159.6 millones .
Las exportaciones a EEUU están concentradas en pocos productos y pocas empresas: los cinco principales productos —aceites de petróleo, estaño, joyas, puertas de madera, muebles y camisas de algodón— concentran el 73% del valor de las exportaciones. Por su parte, la concentración empresarial que aprovecha el mercado manufacturero estadounidense es alarmante. El valor de las ventas de las tres empresas que más exportaron a EEUU, el año 2004, fue de 95.2 millones de dólares, lo que equivale al 79% de las exportaciones bolivianas. De este pequeño grupo, el único perdedor real sin ATPDEA es el textilero ya que los otros productos ingresan con SGP.
En manufacturas las mayores exportadoras a EEUU son sólo cuatro empresas: dos de joyería en oro, una de prendas de vestir y una de muebles. Es significativo que de todas ellas, las únicas que pueden exhibir resultados financieros positivos son las empresas de joyas de oro, debido fundamentalmente a que en los últimos tres años los precios del oro se han incrementado en un 239%.
Las empresas que exportan muebles y prendas de vestir tienen un desempeño financiero poco auspicioso. La principal razón es precisamente que los esquemas de subcontratación que utilizan a través de cadenas globales de proveedores son esquemas de inserción altamente inestables.
La danza de las cifras
Los empresarios exportadores han realizado intensas campañas para posicionar el mensaje de que es necesario un TLC con EEUU, enfatizando la cantidad de empleos que están en juego. Las estimaciones de generación de empleo directo e indirecto son muy poco rigurosas y usualmente reflejan los momentos políticos de negociación comercial con EEUU.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), conjuntamente con la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB), estimó el empleo generado por las exportaciones ATPDEA a EEUU en 3,028 empleos directos y 1,356 empleos indirectos, para un total de 4,383 en el 2005.
El Ministerio de Planificación del Desarrollo —en un momento de negociación de la ampliación del ATPDEA— proyectó 3,688 empleos directos y 28,599 empleos indirectos, para un total de 32,287 en el 2006.
La Cámara de Exportadores de La Paz (CAMEX), a su vez, calculó el empleo total en 11.892 empleos directos y 59.548 empleos indirectos, para un total de 71,440 empleos, en el 2007. En el mismo tono, un conjunto de actores sociales e institucionales de El Alto, calculan la existencia de 401 empresas generadoras de 71,350 empleos.
Esta danza de cifras entre 4,383 y 71,440 empleos es un recurso más de negociación y puede variar arbitrariamente según la pulseta política de la coyuntura.
Nótese que en ningún momento se toma en cuenta a los productores de hoja de coca quienes son los actores cuya economía se ha visto directamente afectada por las iniciativas de lucha contra las drogas, entre las cuales se encuentra el ATPDEA.
Es notable la contradicción que existe en el componente económico de la estrategia antidrogas que fue aplicada en Bolivia: por un lado, se pretendió convertir a los cocaleros en exportadores agroindustriales; por otro, no se abrió el mercado estadounidense para la producción de las plantas agroindustriales que la propia “ayuda antidrogas” subvencionó en las zonas cocaleras. Por el contrario, con el ATPDEA se beneficiaron pequeños grupos de empresarios industriales tradicionales, cuyos intereses económicos nunca se vieron afectados de manera directa por la erradicación de cocales. Vistas así las cosas, los beneficios económicos del ATPDEA aparecen como las pompas de una fiesta a la que los supuestos agasajados —los cocaleros— nunca fueron invitados.

Impactos incumplidos

Siendo el ATPDEA una concesión comercial de EEUU para promover el desarrollo económico del país, su impacto en el desempeño exportador de Bolivia es muy magro e incluso las empresas vinculadas a este tipo de comercio no se han fortalecido sino se encuentran “con pérdidas y en proceso de reestucturación patrimonial”, solicitando apoyo del Estado para evitar su quiebra.
Otro de los impactos incumplidos del ATPDEA es el tipo de uso de la fuerza de trabajo. La mayor parte de los trabajadores y trabajadoras no se rige por la Ley General del Trabajo y la importancia de la gestión laboral radica en que ésta determina el efecto directo de este modelo de inserción internacional en el bienestar de la población, así como el impacto directo sobre los niveles de pobreza.
Si bien el ATPDEA permitió diversificar las exportaciones bolivianas hacia EEUU, no logró modificar la tendencia de la balanza comercial bilateral y mantiene una alta concentración de las exportaciones en pocos productos y empresas.
Esto no quiere decir que el país pierda en su comercio con el ATPDEA, pero el hecho de que tres lustros de preferencias arancelarias no hayan logrado cambiar la tendencia de la balanza comercial, pone de manifiesto sus limitaciones. En síntesis, la exitosa negociación con EEUU sólo es una señal política de mejores relaciones con el país del norte.

* Lourdes Montero es Directora Ejecutiva del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza (CPMGA)
** Pablo Rossell es economista

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