domingo, 24 de febrero de 2008

Elba Zeballos: El Trabajo doméstico y el desafío de su reconocimiento


Una de las principales propuestas del Movimiento Mujeres Presentes en la Historia a la Asamblea Constituyente, fue la incorporación del reconocimiento del trabajo doméstico, de esta manera, la propuesta de texto aprobado el mes de diciembre en Oruro establece que “El Estado reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarse en las cuentas públicas”.

Mucho se dijo, desde los espacios de mujeres, sobre la necesidad de que el Estado, a través de la constitucionalización y reconocimiento del trabajo que realizan las mujeres en el hogar, pueda implementar medidas para revertir una situación más de inequidad de género en nuestro país, que se traduce en la invisibilización de esta actividad, y que a su vez ha vulnerado la posibilidad de construcción y ejercicio de ciudadanía de las mujeres.

El trabajo doméstico ha sido excluido tradicionalmente del análisis económico, por ser una actividad que no produce bienes y servicios destinados al mercado, o a través del cual se puedan percibir ingresos. El trabajo doméstico, hasta ahora realizado solo por mujeres al interior del hogar ha sido, además, calificado por encuestas oficiales como “inactivo”.

De aprobarse la propuesta de texto constitucional, más allá del reconocimiento simbólico, lograr que las tareas que se realizan al interior de las familias sean reconocidas como trabajo, implica una serie de desafíos para el Estado, como impulsar medidas de acción positiva que beneficien a las mujeres que realizan doble jornada, trabajando dentro del hogar y fuera de el.

Será necesario, entonces, redimensionar la concepción de trabajo y el papel de las mujeres en el mismo; reconocer que lo privado también hace a la vida económica y política de un país; que es en el hogar donde se construye la distribución de roles y las jerarquías sociales que se replicarán en el espacio público y que por tanto éstas deben ser democráticas, tarea que se deberá iniciar también en las escuelas, con la socialización de género en roles mas igualitarios. Así se entenderá que el trabajo del hogar, no es tarea exclusiva de las mujeres y no tiene por que seguir siéndolo.

Esta última afirmación nos remite a otro artículo, también propuesto por el Movimiento de Mujeres referido a la democratización del trabajo doméstico: planteado en la propuesta de Constitución como igualdad de derechos y deberes de los cónyugues, a cuya luz el Estado deberá promover políticas públicas que incentiven las obligaciones compartidas entre ambos géneros, tanto en la esfera pública como en la privada, con el fin de facilitar la vida laboral, y desarrollo personal de ambos sexos, esto quiere decir, mejorar las condiciones de inserción femenina en el mercado de trabajo y favorecer la participación activa de los hombres en las tareas domésticas no remuneradas.

Por último, la posible aprobación del texto con estas incorporaciones permitirá que el Estado contemple el desarrollo de indicadores que contabilicen el trabajo que se realiza en el hogar, a través de indicadores especiales que visibilicen el aporte de las mujeres a través del trabajo del hogar, denominado también trabajo reproductivo, logrando a la vez su valoración social.

Elba Zeballos Salas
Es integrante del Movimiento de Mujeres
Presentes en la Historia

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